Objetivo 2030, hacia el desarrollo sostenible

Imagen: El mundo deportivo

Este partido los vamos a ganar

Nunca hubiera imaginado que palabras como estas representaran tan bien la actitud con la que tenemos que afrontar nuestro presente para tener un futuro.

Es el momento en el que esta frase, tan interiorizada en el mundo del deporte, toma todo su sentido, y si nos dejamos trasladar al estado mental al que nos lleva, es el “mantra” que tendrá que conducir nuestra vida personal y profesional.

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Esta es la mentalidad con la que debemos afrontar la lucha contra el cambio climático, para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible y para cumplir con la agenda 2030. Tenemos que dejar de hablar de sostenibilidad para vivir de manera más sostenible. Es cuestión de supervivencia y cada uno tenemos en nuestras manos hacer algo, en nuestra vida personal y en la profesional.

Estamos inmersos en lo que parece otro partido, pero es parte del mismo. La crisis sanitaría actual es la consecuencia de nuestra forma de vida. En otros momentos de la historia, han sido otras las pandemias, como lo explica Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la evolución Humana de Burgos.

Modificar nuestra manera de consumir, cómo nos desplazamos, cómo conseguimos reducir nuestros residuos, cuál es el origen de la energía que utilizamos, cómo trabajamos, cómo producimos, cómo construimos, a quién contratamos y de qué forma, con quién colaboramos y cuánto pagamos. Hasta dónde llega nuestro espíritu solidario, el respeto y cuidado del medio ambiente y de las personas en su diversidad. Todo esto pone en evidencia la necesidad de que nuestra capacidad de adaptación y de innovación por el bien común sea cada vez mayor.

Y recordando el “efecto mariposa”, tomo prestadas las palabras de Kofi Annan en el momento de recibir el premio Nobel de la Paz en el año 2001, en las que explica de la manera más acertada que el gesto de cada persona sirve.

“El segundo argumento de esperanza reside en el así llamado efecto mariposa. Es una derivación de la física cuántica que nos enseña: todo tiene que ver con todo y somos todos inter-retro-dependientes. Por eso cada individuo es un eslabón de la inmensa corriente de energía y de vida y cuenta mucho. El efecto mariposa representa una concreción de este principio. Fue identificado en 1960 por los que hacen previsiones meteorológicas. En este campo como en otros funcionan sistemas caóticos, quiere decir, sistemas en los cuales domina la imprevisibilidad. Como un todo, tales sistemas también están sometidos a leyes matemáticas factibles de descripción; más su comportamiento concreto no puede ser previsto. Pequeñas modificaciones pueden ocasionar grandes cambios. Entonces se dice: “Si una mariposa en Hong Kong bate sus alas, puede provocar una tempestad en Nueva York”. O como en un estadio de fútbol: basta que algunos comiencen a hacer la ola y, de repente, todo el estadio es contagiado y surge una inconmensurable ola. Es el efecto mariposa. “

Este “efecto mariposa” es el que necesitamos en la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible, y la industria del deporte sabe hacerlo.

Miremos hacia dentro, analicemos todos nuestros impactos, valoremos el potencial positivo de los posibles cambios y pasemos a la acción.

Aprovechemos nuestra fuerza y formemos parte de la transformación. Ninguna acción es pequeña. Cada revolución cotidiana cuenta.

El partido ya ha empezado.