Los eventos deportivos y el medio natural

Una pareja en desigualdad de condiciones.

Los eventos deportivos forman parte de nuestra vida social, cultural y económica y, de manera creciente, vamos ocupando espacio en el medio natural. Un espacio que, hasta hace un tiempo, era un hábitat tranquilo, equilibrado y donde la fauna y la flora tenían su propio orden. Ahora, la vida de los “residentes”, se ha complicado. Los eventos deportivos, con toda su maquinaria, llegan de manera periódica y cada vez con mayor frecuencia.

Las actividades en la naturaleza (terrestre, marina o aérea) son siempre gratificantes, física y espiritualmente. Cada día son más necesarias a medida que nuestras vidas se desplazan a zonas urbanas y nos alejamos de los espacios naturales.

¿Qué impacto generan nuestras actividades y eventos deportivos en estos espacios?

Esta pregunta implica conocer la vida de esos lugares, que nos aportan y como se comportan. Me refiero a lo que afectamos al suelo, a la flora, a la fauna y al agua. El tipo de práctica, el número de participantes, la frecuencia, los equipamientos, los espectadores, su forma de acceder y los vehículos necesarios para el evento, dejan huella.

* Descenso del Sella / codigounico.com

Si no tenemos en cuenta la capacidad de carga de ese espacio natural, alteraremos la compactación del suelo, sus características, su capacidad de filtración, cambiará la vegetación y no se reproducirá. No le habremos dado el tiempo necesario para su regeneración. Modificamos los comportamientos de los animales, somos especialmente molestos en algunas épocas del año, creamos cortes en su paso habitual, alteramos la composición del agua, cambiamos las corrientes y aumentamos la turbidez.

Todos estos resultados debemos tenerlos en cuenta a la hora de planificar los eventos deportivos. La responsabilidad sobre nuestro entorno es mucho más grande de lo que nos imaginamos si no prestamos atención a la “otra parte”, que además no habla. Su idioma son las consecuencias.

¿Y la megafonía? impensable un evento sin ella. Sin música, sin spiker, sin una comunicación constante. El término “contaminación acústica” hace referencia al ruido provocado por la actividad humana que produce efectos negativos en la salud, en este caso, tanto en las personas como en los animales y las plantas.

Es impresionante escuchar los sonidos de la naturaleza. Los hemos descubierto de verdad durante estos meses en los que silencio ambiental ha dejado espacio a otro tipo de sonidos.

Masella

Cada día son más frecuentes las pruebas deportivas nocturnas, en las que a la complejidad de organizar un evento, se suma la necesidad de una iluminación suplementaria durante todo el recorrido, la salida, la meta, etc.

Además de la contaminación lumínica, que deslumbra a las aves y altera su ritmo circadiano, genera consumos y gastos suplementarios con sus correspondientes emisiones de CO2, cuando la descarbonización de la economía es objetivo prioritario en la Agenda 2030 y en la Ley para el Cambio Climatico y la Transición energética.

Esquiar por la noche es una experiencia increíble. Nuestra responsabilidad como organizadores de eventos es hacer compatibles y viables ambas, la experiencia y la reducción del impacto.

Además del impacto directo sobre el entorno en el que se realiza el evento, hay otros que no afectarán de manera directa, pero sí de manera indirecta, son los impactos diferidos.

El consumo de energía, las emisiones de CO2, la movilidad, los alojamientos, los avituallamientos, el catering, los obsequios, los residuos que se generan, el agua consumida, el agua desperdiciada y la huella hídrica. Todos estos indicadores debemos tenerlos en cuenta a la hora de planificar y tomar decisiones, si el objetivo es reducir los impactos ambientales.

Estas cuestiones abren un abanico de posibilidades, tanto en la toma de decisiones como en la manera de hacer las cosas. Ofrece la posibilidad de mejorar el evento. Mejorar el impacto del evento, tanto desde un punto de vista ambiental, como el impacto en las personas y el entorno, e implica transformar las relaciones con proveedores y patrocinadores. Y cuando hablo de personas, me refiero al equipo, los voluntarios, los deportistas, los espectadores y las personas del entorno que no forman parte del evento.

Sin un planteamiento coherente, interiorizado y creíble, será difícil no caer en simples acciones que no generen ningún cambio. El “greenwasing” no aporta nada, no transforma nada y ya casi nadie se lo cree.

Cuando pensamos y trabajamos desde una perspectiva sostenible, iniciamos un camino de no retorno, necesario y positivos para todos.

https://www.nationalgeographic.com.es/mundo-ng/grandes-reportajes/primera-tabla-surf-100-sostenible_12842

¿Estos impactos que generamos en los espacios naturales, afectan a nuestra vida?

Cada impacto negativo que realicemos en el medio ambiente tiene una consecuencia directa en nuestra vida. La contaminación por plásticos, la perdida de biodiversidad, el ruido, etc., cada acción suma, en una dirección o en otra. Estas consecuencias pueden ser de diferente grado, temporales, persistentes, reversibles o irreversibles. Dependiendo de como cuidemos el entorno en el que hagamos el evento, el impacto sobre nuestras vidas y sobre la continuidad de los propios eventos, será uno u otro.

¿Estamos dispuestos a comprometernos con el cuidado de medioambiente?

Los estudios de impacto ambiental y los diagnósticos ambientales serán necesario para poder minimizar y eliminar los riesgos que se puedan generar. Aportan una visión objetiva de los impactos de la planificación del evento, así como las alternativas para su mejora. En muchos casos, será un requisito imprescindible a la hora de cumplir las condiciones que la administración correspondiente requiera para poder realizar el evento.

Actualmente hay certificaciones para la propia organización, para el evento y para diferentes aspectos del evento.

52 Super Series

Tenemos algunos ejemplos de eventos en el entorno natural que pueden servirnos de inspiración.

Desde 2015, Las 52 Super Series tienen un programa para minimizar el impacto de los eventos tanto en tierra como en agua. Han retirado las 80.000 botellas de plástico del servicio de catering y han colocado fuentes de agua, lavan los barcos con material reciclado y limpian las playas de la zona de las regatas. También reparten la comida sobrante a través de ONGs. El objetivo es reducir su impacto ambiental en sus competiciones por el Mediterráneo, Estados Unidos y Sudáfrica, es una la estrategia a largo plazo. Esta iniciativa ha servido de ejemplo a otras regatas, como La Copa del Rey Mapfre y la Volvo Ocean Race.

La Ultra Clean Marathón se inició el año 2018 y por razones obvias la tercera edición será en el 2021. En este caso es un reto deportivo y ambiental. Se recogen los residuos que se encuentran en carrera para su posterior correcta gestión. El importe de las inscripciones se destina a proyectos relacionados con la conservación de la naturaleza y la carrera se organiza de manera sostenible.

Sigue las pautas de la “Guía de buenas prácticas en las organizaciones y celebraciones de carreras y marchas por montaña” de la Generalitat de Catalunya y la Diputación de Barcelona. Además, el evento, tiene la certificación EMAS

https://bizkaiatriathlon.com/motivacion-y-triatlon/https://bizkaiatriathlon.com/motivacion-y-triatlon/

El Triathlón de Bizkaia, es una competición celebrada en el entorno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y está certificada como evento ambientalmente sostenible “Erronka Garbia”. Es una certificación específica de Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Pais Vasco, que monitoriza el evento y plantea actuaciones de mejora ambiental de movilidad, energía, agua, compras, infraestructuras y residuos. Ofrece datos sobre las emisiones de CO2, consumo de agua y huella ambiental.

Hay más ejemplos, organizaciones grandes y pequeñas que están incorporando actuaciones medioambientalmente responsables a medida de sus posibilidades y de manera progresiva, que ya forman parte de su ADN y que no tiene vuelta atrás.

La necesidad de transformar la manera en la que hacemos las cosas tiene muchos motivos. Utilizamos recursos que son limitados y ocupamos cada vez mayor cantidad de espacio natural. Los impactos que está teniendo nuestra forma de vida, en todos sus ámbitos, nos ha colocado en un momento en el que las consecuencias ambientales están aquí, son reales, son cuantificables y como tal, gestionables y mejorables.

Los eventos deportivos en la naturaleza nos ofrecen la posibilidad de ser innovadores, de ser más eficiente en los procesos, más creativos y de aportar la parte que nos toca en la mitigación de esta crisis climática.

El evento deportivo puede convertirse en una herramienta de transformación masiva, el deporte es capaz de generar cambios que de otra manera serían muy difíciles.

¡Aprovechemos la oportunidad!

He hablado únicamente los impactos ambientales, pero si queremos hacer un evento lo más sostenible posible, habrá que considerar también los aspectos sociales y los económicos.

El reto ya no está en ser sostenibles, debemos ser regeneradores.

¿Empezamos?